viernes, 19 de noviembre de 2010

LAS CINCO CONDICIONES, Lars Von Trier

Por una parte me gusta Lars Von Trier, me parece un director distinto del que aprender o por lo menos pensar en la volubilidad del medio que trabajamos, siempre desde su toque tan suyo. Además nos da pie a hablar del dogma, corriente sujeta a tres manifiestos y un voto de castidad(1984, 1987 y 1980) y oficialmente fundada en 1995 con un manifiesto definitivo. Dogma 95 buscaba un mayor énfasis dramático y una simplificación de la técnica.

Las Cinco Condiciones es un documental en el que se mezcla realidad y ficción porque en él Lars Von Trier pone a prueba a Jorgen Leth proponiéndole variaciones acerca de uno de sus cortos, “el ser humano perfecto”. El director del cortometraje acepta volver a rodar cinco versiones del corto atendiendo a las exigencias del exquisito Von Trier, que, conociendo el estilo y pensamiento de Jorgen Leth, lo llevará en algún momento al límite.

Por lo tanto la otra parte de mi elección es que el documental habla sobre el cine y  es sobre todo experimentación, juego y reto con el medio que pretendemos manejar. En el documental se intercalan los citas en que ambos directores debatían sobre las versiones y las versiones definitivas, las cinco condiciones.

No he sido capaz de encontrar la parte que me apetecía poner, la última parte, la quinta condición. A modo de conclusión Lars Von Trier redacta un texto que tendrá que ser la voz de Leth, en off. Además Von Trier ha condicionado determinadas cosas del montaje. Leth aparecerá como director.
Aquí vemos una recopilación de planos de todo el rodaje en los que prima la presencia de Leth. Sus movimientos se acercan a los sentimientos que su voz va narrando, cumpliendo con la función ilustrativa que Von Trier pedía con las imágenes. En un momento por ejemplo se para la música y la voz de Leth habla de hasta cuándo podía o iba a sonar el clarinete. A todo esto, la música es la misma que la del corto original.
Porque al final esa prueba para Leth fue prueba para los dos, para que los dos se desquiciaran un poco, para que los dos se sintieran en la imperfección del ser humano perfecto.

Igualmente, la cuarta condición - cuya única exigencia es que fuese animación- también es estupenda. En esta versión Leth utiliza elementos que aplicó en las tres versiones que le preceden, y con una gama de colores fríos plasma al ser humano perfecto casi sin dificultad , adaptando su forma de rodar a la animación.

Al fin y al cabo este documental me gusta porque vemos ideas enrevesadas en manos de artistas que las dan forma y, encima, nos enseñan cómo lo hacen.

Cristina Mateo
cuarta condición

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